La marca de automóviles
española SEAT, creció en el primer semestre del año nada más y nada menos que
un 8,2%, una cifra muy importante si tenemos en cuenta que, continuamos con una
crisis galopante en nuestro país. Pero, no vamos a hablar de números y
porcentajes, hoy hablaremos de un grande de la marca, de un auto que marco y
que después de varias décadas sigue marcando, el ritmo de los usuarios en nuestras
carreteras. Sin duda alguna hablaremos del SEAT Ibiza.
Desde que en 1978 el
gran Gurú del diseño automovilístico Giorgetto Giugiaro realizara los primeros
bocetos del SEAT Ibiza (automóvil que venía a sustituir al ya famoso SEAT 127
Fura) hubo que esperar hasta 1984 en el Salón del Automóvil de París, para
conocer una auténtica revolución de un auto del segmento B, y del que se
venderían a lo largo de los años más de 5.000.000 de unidades en todas sus
versiones.
Un automóvil con motor
delantero transversal y tracción delantera. Las motorizaciones con las que nos
sorprendía la marca española, eran tres de gasolina y una diésel. En la versión
de gasolina contaba con un motor de 1.2 y otro de 1.5 litros, generando una
potencia de 63 CV, 85 CV y 90 CV respectivamente, además, la versión de 90 CV,
contaba con el famoso motor System
Porsche. Y, para la única (entonces) versión diésel, el motor era de 1.7
litros y 55 CV aprovechando los motores del Fiat Ritmo, un modelo del cual la
marca no le saco todo el partido para el que fue creado, aunque, este modelo
junto al SEAT Ronda, fue muy popular en los programas de televisión de la
época.
El techo solar,
elevalunas eléctricos y el cierre centralizado, fueron una auténtica revolución
en el SEAT Ibiza que, en la década de los años 80, era todo un icono poseer un
coche español con esa cantidad de extras que ya venían incluidos en el precio,
además, en la versión SXI el acabado deportivo contaba con un motor de gasolina
de 1.5 litros que era alimentado por inyección electrónica de 100 CV, todo un
lujo.
Las versiones del SEAT
Ibiza que entonces inundaban las carreteras de nuestro país, eran: L/LD,
GL/GLD, GLX y el anteriormente nombrado, el SXI en su versión deportiva.
Realmente, conducir
cualquier versión del SEAT Ibiza era un auténtico placer porque, era lo más
parecido a conducir un deportivo (A3 de Audi, Golf de Volkswagen, etc.) y, al
que cualquier persona tenía opción de acceder puesto que el precio era bastante
más asequible. Efectivamente, precio asequible, cómodo, amplio, pero, tenía una
penalización: su peso, algo que le invitaba a gastar algo más de lo esperado.
Pero esta penalización, se podía compensar con una conducción eficiente para
que el consumo real, no se disparase.
A lo largo de su
dilatada vida, por un motivo u otro, el SEAT Ibiza ha tenido muchísimas
versiones especiales, versiones que fueron todo un acierto por parte de la
marca y que se convirtieron en auténticos iconos del mundo del motor.
Versiones como Junior
(Septiembre de 1985). Paco Rabanne
(1985) presentado en el Salón Internacional del Automóvil de Barcelona, edición
especial limitada con 50 unidades. Del Sol (1986), de esta versión, se presentó
una edición limitada de 10 unidades muy especial donde se plasmó el toque
personal del artista César Manrique (Salón Internacional del Automóvil de
Barcelona en 1987). Fresh (1987). Confort (1987). Crono (agosto de 1988). Disco
(1988). Desing (1988). Tenis (1989). Slalom (1990). Existen muchas versiones
más, tanto dentro como fuera de nuestro país, pero nos quedaremos con la última
(2015), porque cuenta con el beneplácito de la Fundación César Manrique y, la
colaboración de Cicar/Grupo Cabrera Medina relanzando una edición limitada de
100 unidades.
Si hablamos del
interior, diremos que como la mayoría de los autos de tres puertas, la
comodidad esta en los asientos delanteros, porque la banqueta trasera está muy
bien cuando viajan solamente dos adultos, pero, con tres las limitaciones se
dejan notar. Los acabados (en el interior) son muy aceptables para el segmento
en el que se mueve, aunque, en las versiones de gama alta, cuenta con
materiales muy por encima de lo que sería calidad/precio.
En definitiva, comprar un SEAT Ibiza de cualquier época (incluido el familiar) te da una garantía de poder conducir un auto con mucho pedigrí, seguro, económico y sobre todo tendrás un coche que nunca pasará de moda.
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