Las carreteras de nuestro
país hace 60 años, eran una auténtica aventura para cualquier automóvil que las
recorriera pero, éste icono que ahora cumple 60 años, devoraba los kilómetros como
si nada. Y, créanme que las carreteras de entonces, que eran de adoquines, no era
necesario pisarlas para saber que eran duras y, nada tiene que ver con el
asfalto del que hoy pueden presumir nuestras carreteras. Sin frenos de disco,
sin dirección asistida, sin aire acondicionado, sin cinturones de seguridad,
tres únicas velocidades y un sinfín de sistemas que hoy es algo normal, así es
como se viajaba. Renault 4L, un “cuatro latas” duro de verdad. La información
que nos ofrece la marca del rombo, dice mucho de un icono que con 60 años de
vida, todavía rueda por las carreteras del Mundo. Recuerda que lo
mejor no es RENAULT, lo mejor es
poseer uno. Que lo disfruten. El
año 2021 señala la conmemoración del 60º aniversario del legendario modelo
Renault 4L, una auténtica historia de éxito en el mundo del automóvil, del que
se fabricaron más de 8.000.000 de unidades a lo largo de tres décadas,
destinadas a más de 100 países.
La
historia del Renault 4 comienza, tras 5 años de desarrollo y miles de
kilómetros de ensayos en climas extremos, con la presentación a la prensa
francesa el 28 de agosto de 1961. El
R4 reagrupaba un compendio de soluciones tecnológicas innovadoras, tanto en
materia de diseño, como de modularidad, tecnología mecánica y versatilidad
dinámica. En
primer lugar, se trataba de una carrocería Break montada sobre un chasis tipo
plataforma, muy innovador conceptualmente, basado en la excelencia de la
simplicidad. Su
arquitectura, con 3,6m de largo y 1,5m de alto, liberaba un gran espacio para
los pasajeros y el maletero. Esto le permitía ofrecer un amplio habitáculo de 5
plazas y transportar al mismo tiempo un gran volumen de carga de hasta 480
litros. Por añadidura, el asiento trasero era abatible de manera muy rápida y
sencilla, con lo que llegaba a ofrecer hasta 1,45 m3 de espacio disponible.
Gracias a la incorporación de una 5ª puerta tipo portón, con un gran ángulo de
apertura, ofrecía una accesibilidad trasera excepcional, prácticamente inédita
en su época, reforzando su carácter eminentemente práctico, modular y
versátil.
En
segundo lugar, se trataba del primer modelo compacto, desde el final de la
Segunda Guerra Mundial, en proponer motor y tracción delantera, a lo que sea
añadía la suspensión independiente en el tren delantero, con todas las ventajas
en términos de maniobrabilidad y precisión en la dirección que ello comporta,
marcando la vía a futuros modelos de Renault. El
R4 proponía otros adelantos mecánicos muy útiles. Por ejemplo, estaba dotado de
rótulas estancas, carentes de engrase, lo que incidía en un menor coste de
mantenimiento del coche. Otra solución, pionera en su segmento, fue el circuito
de refrigeración cerrado y hermético, que incorporaba un líquido especial capaz
de soportar las más bajas temperaturas. Ello significaba que ya no hacía falta
reponer anticongelante en el líquido del circuito, operación frecuentemente
inoportuna y con un coste asociado. El único mantenimiento real del coche era
el cambio de aceite.
Tras
su lanzamiento en Francia en 1961, llegó el momento de su introducción en
España a través de la puesta en marcha de su fabricación en la Factoría de
Montaje de Valladolid, a partir de 1963, arrancando una fecunda etapa
industrial que se prolongaría hasta 1989, en el caso del turismo R4, y hasta
1991 en el caso de su versión furgoneta. Entre ambos se ha llegado a producir
en España 800.000 unidades de este modelo legendario, cerca del 10% de su
producción mundial. La
presentación en España del Renault 4, en su versión “L”, se llevó a cabo,
generando grandes expectativas, el 25 de febrero de 1964, en pleno despegue del
turismo y del desarrollismo que caracterizó la sociedad y la economía de la
España de los años 60. La prensa de la época destacó unánimemente su carácter
polivalente y económico, y las virtudes de su suspensión “todo camino”, así
como su concepto innovador en términos de facilidad de acceso al habitáculo. Otro
aspecto destacado fue su personalidad alegre y, especialmente, el precio, que,
con 84.000 pts. de la época, se situaba claramente por debajo del umbral del
segmento, que rondaba las 100.000 pts. El
modelo comercializado en España contaba con características específicas: un
motor de 845cc, que desarrollaba 30 cv e instalación eléctrica de 12 voltios, y
que superaba los 100 km/h ofreciendo unos consumos muy ajustados. Los
medios de comunicación lo presentaron como un objeto de deseo para aquellos que
querían un coche práctico, versátil y asequible. Rápidamente
se popularizó la denominación cariñosa de “cuatrolatas”, en referencia al badge
trasero que reflejaba las siglas “4L”. Su desarrollo comercial en el mercado
español creció con rapidez, a la par que la sociedad española, durante casi
tres décadas, hasta convertirse en el modelo mítico que es hoy en día. A lo
largo de su historia en España, el 4L fue modernizándose y acompañando las
evoluciones tecnológicas que fueron surgiendo, sin perder su personalidad
original y sus virtudes conceptuales. De este modo, fue incorporando
motorizaciones más modernas y eficientes, como el motor C “sierra” de 852cc y
la caja de velocidades de 4 relaciones, en 1968, o, posteriormente, el motor de
1.108cc de 38cv, los frenos de disco, etc... También introdujo elementos como
el techo practicable panorámico, que contribuyó a reforzar el carácter lúdico
del modelo.
La
introducción de reglamentaciones medioambientales internacionales más
exigentes, a partir de enero de 1993, trajo como consecuencia, como sucedió con
otros modelos de otras marcas, su final industrial, ya que era técnicamente
inviable la introducción de los nuevos elementos de carácter obligatorio, como
el catalizador. La última unidad producida del 4L salió de la cadena el 3 de
diciembre de 1992, aunque en España se dejó de producir ya en 1989. Su
larga y reconocida historia en nuestro país ha dejado como legado numerosos
clubs de fans del Renault 4, y es habitual encontrar, aún a día de hoy,
unidades de este legendario modelo en concentraciones de vehículos históricos a
lo largo de toda la geografía española, luciendo su personalidad alegre e
innovadora. El
4L ha sido referente de toda una generación de españoles que encontraron,
gracias a él, la posibilidad de acceder a la automovilidad a un precio
asequible y con una versatilidad extraordinaria, que le permitía ser el
vehículo idóneo para compatibilizar la circulación en ciudad, en carretera y
también por caminos. Su
habitabilidad y modularidad avanzadas a su época, su mítica fiabilidad mecánica
y su bajo coste de uso hacen que, 60 años después, el 4L siga siendo un coche
inolvidable. En
palabras de José-Cruz Sánchez Guerrero, presidente del Club Clásicos Renault
3,4,5.6 y 7, “celebramos los 60 años del coche versátil por
excelencia. Se trata de un vehículo de soluciones simples, pero eficaces. Sus
eslóganes publicitarios lo definen a la perfección: Ni engrase, ni agua,
sólo un poco de gasolina; el coche todo ventajas, o Renault 4, su belleza es su
mecánica. Larga vida al Cuatrolatas”. Más
información: RENAULT www.renault.es Fernando García Santamaría TWITTER: @Fernipress